Entrevistamos a Luis García Álvarez, gestor del primer fondo español basado en las finanzas del comportamiento
“Lo que es una locura es pensar que los humanos piensan racionalmente todo el tiempo”. Es una cita de Richard Thaler, padre fundador de la economía del comportamiento. La pronunció en su cameo en “La gran apuesta” y está grabada en piedra, como quien dice, en la sección de quiénes somos de la web de Fuller&Thaler Asset Management Inc., la firma de inversión que el Nobel de Economía (comillas en Nobel) fundó en 1993. Fuller&Thaler intenta aprovechar las imperfecciones que ocurren en la intersección entre la psicología y la economía para proponer una filosofía de inversión nueva, basada en los sesgos cognitivos de los inversores que se mueven en el mercado.
A pesar de una creciente labor de evangelización, 30 años después de la fundación de Fuller&Thaler los principios de las finanzas del comportamiento siguen siendo territorio de outsiders. Y buena muestra de ello es que el joven fondo MAPFRE AM Behavioral Fund ha cumplido un año y medio siendo el único fondo de Europa basado en finanzas del comportamiento.
Entrevistamos a uno de sus gestores, Luis García Álvarez, para conocer su trayectoria y la del fondo que capitanea.

¿Cómo surge en tu caso el interés por la Economía de la Conducta?
Lo que primero surge es un interés por la Economía cuando tengo que decidir hacia dónde orientar mis estudios. Y dentro de eso lo primero a lo que llego es una formación académica en economía más cuantitativa. Luego en el máster y en mis primeros años de trabajo voy leyendo libros, acudiendo a conferencias, y en una de esas conferencias doy con alguien que recomienda “Pensar rápido, pensar despacio” de Daniel Kahneman. Un libro lleva a otro, una conferencia lleva a otra y se va desarrollando ese interés por la economía del comportamiento, y más en concreto por las finanzas del comportamiento.
¿Dirías que en la formación en Economía, el apartado psicológico todavía no está bien implantado?
Totalmente. Y más aún en Europa. La economía tradicional sigue siendo de largo la dominante y hay que hacer un esfuerzo para intentar que la economía del comportamiento vaya tomando el lugar que se merece poco a poco. Hemos tenido la suerte de contar en los últimos años con bastante galardonados en los mal llamados premios Nobel de Economía varios investigadores en economía del comportamiento lo cual ha supuesto un impulso. Pero ese impulso todavía no se ha visto tan claro dentro del diseño de las asignaturas y de la carrera de Economía en las universidades.
De hecho ese fue uno de los motivos que nos llevó también, junto con la universidad de ICADE a lanzar el Programa Ejecutivo en Inversión en Valor y Finanzas del Comportamiento, que incluye de manera explícita en el diseño del programa las finanzas del comportamiento
¿Quiénes han sido tus referencias en el terreno de las finanzas del comportamiento?
Quizá el que me ayudó a dar ese primer paso y adentrarme en el mundo de la economía del comportamiento precisamente es español y va teniendo cada vez más reconocimiento es Pedro Bermejo, neurólogo del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda que es autor de libros como “El cerebro del inversor” o “Neuroeconomía”.
Pedro ha sido el que me ha ido guiando, dándome recomendaciones de lectura, y también a raíz de sus conferencias he ido aprendiendo mucho sobre todo sobre la parte más científica: cómo funciona nuestro cerebro, cómo está diseñado… Esa estructura, que es la más compleja que existe en el universo, se desarrolló en unos años en los que los seres humanos no estaban preocupados por sus finanzas, sino por sus supervivencia. Ahora, mucho tiempo después, nos tenemos que enfrentar a decisiones que tienen que ver con nuestro dinero, y que por definición tienen un componente emocional muy alto, lo que hace que se active mucho más nuestros sesgos.
Por dar otra referencia, otro español Pedro Rey Biel, que como Pedro Bermejo también es buen amigo (ambos son miembros del consejo asesor del MAPFRE AM Behavioral Fund). Pedro Rey Biel, desde mi punto de vista es también una de las figuras líderes, no solo en España sino también a nivel europeo. A través de lo que ha ido escribiendo en el blog “Nada es gratis” he ido aprendiendo mucho.
¿Cómo definirías en qué consiste un fondo behavioral?
Por acotar, es un fondo que intenta tomar algunas de las lecciones de la psicología para entender cómo los inversores tomamos nuestras decisiones. Dentro de eso es el primer fondo europeo que ha tomado esta bandera de las finanzas del comportamiento. Por distinguir respecto a lo que se hace en EEUU, allí existen dos tipos de fondos behavioral:
- los automatizados, que toman criterios de la Economía del Comportamiento para automatizar más las decisiones de inversión
- y otros que mezclan las finanzas del comportamiento con el análisis fundamental.
Nosotros estamos en ese segundo grupo. Siempre decimos que la finanzas del comportamiento dirigen nuestra mirada hacia lugares donde pueda haber ineficiencias del mercado, pero nuestro punto fuerte y en el que siempre nos basamos es en un análisis fundamental en profundidad del negocio
Buscamos aquellas empresas que pensamos que tienen un negocio que va a resistir mejor en los próximos años, un buen balance y un buen equipo gestor detrás, en el que podamos confiar.
¿Cuáles son algunos de los sesgos más frecuentes que intervienen en las finanzas del comportamiento?
En el mundo de la inversión todos los sesgos, que son muchos, los podemos agrupar en dos grandes categorías: los que provocan una sobrerreacción a noticias negativas y los que provocan una infrarreacción a noticias positivas.
Mientras que las noticias negativas viajan rápido en el mundo de la inversión y tendemos a reaccionar de manera brusca y rápida, en las noticias positivas ocurre un poco lo contrario. Los inversores en general tardamos en incorporar esta información.
A partir de ahí hay muchos otros sesgos.
Algunos de los que más se repiten podrían ser el efecto manada, que nos mueve a todos los que trabajamos en el mundo de la inversión a sentirnos más cómodos dentro del grupo. Es algo que nos aporta comodidad y bienestar pero no nos hace batir al mercado que es por lo que nos pagan nuestros clientes.
U otros, como el efecto dotación, que consiste en que una vez que uno es inversor en una compañía, tiende a pensar que esa compañía vale mucho más.
¿Qué balance haces de este primer año de vida del fondo?
Ha sido un año de aprendizaje en el que nos hemos encontrado con una aceptación por parte de los inversores muy positiva. Pero algo que nosotros siempre comentamos es que el balance llegará más adelante:un año, dos años o hasta tres, no es tiempo suficiente para evaluar las decisiones de inversión que se hayan tomado.
En este año y medio hemos tenido momentos de rentabilidades muy buenas y momentos de rentabilidades muy malas, o menos buenas. Pero esas inversiones necesitan del largo plazo para determinar si hemos estado acertados o si nos hemos equivocado
En este año y medio hemos ido profundizando en nuestro proceso de inversión y en pulir detalles y seguir desarrollando cómo las finanzas del comportamiento nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones,
¿Y en términos de recibimiento de la comunidad de inversores, académicos u otros profesionales?
Realmente bueno. Desde nuestra red comercial, que creo que ha valorado mucho tener un producto diferencial, a la comunidad académica, y hasta otras instituciones que también sabemos que están mirando hacia esto y que ya han empezado a incorporar las finanzas del comportamiento o bien en sus estrategias o en su comunicación con clientes.
También desde dentro de la propia institución, de nuestra propia compañía, estamos muy contentos también con el recibimiento y apoyo que estamos teniendo.