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26 Feb

Salud Financiera y economia de la conducta.

Durante estos últimos años, hemos presenciado un notable incremento de la literatura sobre Salud Financiera desde el prisma de la Economía del Comportamiento. Académicos y trabajadores de diferentes organismos, tanto públicos como privados, han volcado sus esfuerzos en intentar comprender cómo las variables psicológicas intervienen en nuestros procesos de toma de decisiones económicas y cómo estas afectan a nuestras finanzas.

La mayor parte de artículos y revisiones nos llegan de EEUU, país que sin duda ha presenciado en primera línea el nacimiento de la Economía del Comportamiento. Organizaciones como Ideas42, cuya máxima es “utilizar la ciencia del comportamiento para mejorar decenas de millones de vidas en todo el mundo” (ideas42, 2019),realizan un incesante trabajo de investigación en el campo de la Salud Financiera. Algunos ejemplos los podemos encontrar en revisiones como la de Davis, Kau y Kim (2018), en la que se detallan estrategias para aumentar el engagementhacia productos y servicios que fomentan la salud financiera, o en NudgingforSuccess(2016), artículo que describe diferentes journeys de un estudiante durante su paso por la universidad y recoge un gran número de intervenciones de carácter financiero y social.

En cuanto a la parte de investigación académica, la bibliografía es indudablemente más extensa.Este hecho dificulta bastante la labor de mencionar solo un par de artículos, por lo tanto, nos limitaremos a citar algunos que hemos tenido la oportunidad de leer recientemente y que nos han parecido realmente interesantes (a diferencia de los homo economicus, los seres humanos pecamos de estas cosas…lo llamamos Recencia y Saliencia).

Dentro del campo de las pensiones: intervenciones de carácter educativo como la de Blanco et al. (2020)en la que utilizaron palancas conductuales para fomentar la apertura y uso de cuentas de ahorro para la jubilación en un grupo de hispanos, o el trabajo de Hershfield et al. (2011), de corte más tecnológico, en el que los participantes interactuaban con representaciones de su “yo futuro” a través de realidad virtual, con el fin de combatir el descuento temporal.

En el terreno del ahorro: Garbinsky et al. (2014), resaltan las implicaciones de sentirse poderoso sobre el ahorro y la toma de decisiones financieras y, siguiendo esta línea, Tang y Baker (2016) destacan como la autoestima también puede ser crucial para que las personas inicien y persistan en la correcta gestión de sus finanzas.

En términos de ahorro y diferencias generacionales, Henager y Cude (2016) proponen diferentes soluciones para diferentes grupos de edad. A muy grandes rasgos, para los grupos de mayor edad, se proponen soluciones más centradas en el conocimiento, mientras que para los más jóvenes, se proponen soluciones más centradas en la experiencia, pero que a su vez les brinde información. También es especialmente interesante el estudio de Hussain y Wong (2015) sobre el comportamiento bancario en la generación Y (los famosos millennials), una generación que pasa gran parte de su tiempo “en línea”, pero que sigue sin sentir a su banco de manera cercana.

A este lado del océano, el Reino Unido es uno de los principales “motores” de esta disciplina. Trabajos provenientes de la London SchoolofEconomics, como el de Meza, Irlenbusch y Reyniers (2008),evalúan hasta qué punto la educación financiera puede ayudarnos en nuestras vidas y a su vez apuntan hacia diferentes sesgos como principales responsables de decisiones financieras incorrectas. También merece una especial mención elBehaviouralInsights Team, más conocido como el BIT, que, pese a que su foco principal esté centrado en políticas públicas, también abordan cuestiones relativas a la Salud Financiera. Provenientes de Europa, también hemos tenido la oportunidad de analizar trabajos como los de Baptista y Oliveira (2017), que muestra una interesante relación entre la gamificación y la intención de utilizar servicios de banca móvil, o el de Strömbäck et al. (2017), en el que estudian el efecto del autocontrol sobre el bienestar financiero.

Las aportaciones a este campo desde España son ciertamente escasas. Destacan como excepción algunos trabajos de García y Vila como Nudginglong-termsaving: The Ahorra+ program(2018), en el que muestran la eficacia de las opciones por defecto para aumentar los patrones de ahorro a largo plazo incluso entreprofesionales de las finanzas, o uno de sus más recientes trabajos (García y Vila 2020), en el que explican la necesidad de otros tipos de intervenciones conductuales más allá de la educación financiera, para mejorar los patrones de ahorro a largo plazo. Estos estudios suponen sin duda un rayo de esperanza dentro de las aportaciones a la materia desde España, aunque aún nos queda un largo camino por recorrer, y desde el Observatorio de Economía de la Conducta estamos dispuestos a liderarlo, o al menos impulsarlo.

Referencias bibliográficas

Baptista, G. & Oliveira, T. (2017). Why so serious? Gamification impact in the acceptance of mobile banking services. Internet Research, 27(1), 118-139. Recuperado de https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/IntR-10-2015-0295/full/html

Blanco, L., Duru, O. K. &Mangione, C. (2020). A Community Based Randomized Controlled Trial on an Educational Intervention to Promote Saving Among Hispanics. Journal of Family and Economic Issues, 41, 300-3015. Recuperado de https://ideas.repec.org/a/kap/jfamec/v41y2020i2d10.1007_s10834-019-09657-9.html

Davis, K., Kau, M. & Kim, A. (2018). Behavioral Design for Digital Financial Services. How to increase engagement with products and services that build financial health. Ideas42. Recuperado de http://www.ideas42.org/wp-content/uploads/2018/04/ideas42_DFSplaybook.pdf

Garbinsky, E. N., Klesse, A. K., &Aaker, J. (2014). Money in the bank: Feeling powerful increases saving. Journal of Consumer Research41(3), 610-623. Recuperado de http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.800.3110&rep=rep1&type=pdf

García, J. M. & Vila, J. (2018). Nudging long-term saving: The Ahorra+ program.Journal of Behavioral Economics for Policy, 2(2), 49-53. Recuperado de https://sabeconomics.org/wordpress/wp-content/uploads/JBEP-2-2-6.pdf

García, J. M. & Vila, J. (2020). Financial literacy is not enough: The role of nudging toward adequate long-term saving behavior. Journal of Business Research112, 472-477. Recuperado de https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0148296320300746?via%3Dihub

Henager, R. &Cude, B. J. (2016). Financial Literacy and Long-and Short-Term Financial Behavior in Different Age Groups. Journal of Financial Counseling and Planning27(1), 3-19. Recuperado de https://files.eric.ed.gov/fulltext/EJ1161904.pdf

Hershfield, H.E., Goldstein, D.G., Sharpe, W. F., Fox, J., Yeykelis, L., Carstensen, L. L., &Bailenson, J. N. (2011). Increasing saving behavior through age-progressed renderings of the future self. Journal of Marketing

Hussain, M. & Wong, C. (2015). The online banking behavior of Generation Y. XIV International Business and Economy Conference Bangkok, Thailand.Recuperado de https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2549898

Ideas42 (2016). Nudging for Success. Using behavioral science to improve the postsecondary student journey. Ideas42. Recuperado de http://www.ideas42.org/wp-content/uploads/2016/09/Nudging-For-Success-FINAL.pdf

Ideas42 (2019). Who We Are. Ideas42. Recuperado de https://www.ideas42.org/about-us/

Meza, D., Irlenbusch, B., &Reyniers, D. (2008). Financial capability: A behavioural economics perspective. Consumerresearch69, 192-193. Recuperado de https://www.fca.org.uk/publication/research/fsa-crpr69.pdf

Research, 48, S23-S37. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3949005[PP1] /

Strömbäck, C., Lind, T., Skagerlund, K., Västfjäll, D. &Tinghög, G. (2017). Does self-control predict financial behavior and financial well-being?. Journal of Behavioral and Experimental Finance14, 30-38. Recuperado de https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2214635017300291

Tang, N. & Baker, A. (2016). Self-esteem, financial knowledge and financial behavior. Journal of Economic Psychology54, 164-176. Recuperado de https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0167487016301817


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